Aunque pueda resultar extraño hay personas que han convertido la queja y el reclamo en un medio para relacionarse con los demás. Intentar captar la atención de los demás por medio del reclamo es una actitud que pronto acaba por espantar a todos los que los rodean. Son personas que cuando les preguntas "¿cómo te encuentras?" nunca tienen una respuesta positiva o esperanzadora... porque siempre les falta algo.  Se trata de gente a las que se les ha hecho un hábito el lamento y la demanda. Y lo que acaba ocurriendo es que lejos de obtener la atención que exigen, o aun obteniéndola, espantan y alejan a sus amigos y familiares. ¿Por qué la queja y el lamento terminan espantando a los demás? Sencillamente porque  si bien hay motivos genuinos para quejarse en ciertas ocasiones, terminan generando una sensación de hastío y fastidio... 
Los seres humanos somos expresión de la GRATITUD. Se encuentra en nuestro ADN. Hemos sido creados por un Dios inmensamente gratuito. Y es la gratuidad y la gratitud frente a la vida lo que forja y sostiene las relaciones con los demás y crea comunión.
La gratitud es el verdadero lenguaje del alma. Dar gracias por lo que cada día nos es donado significa estar "bien parado en el mundo". Las quejas y los reclamos son las expresiones de que la realidad no resultó como se esperaba. Y también refleja cierta incapacidad para aprender a vivir luego de una frustración. Vivir gratuitamente y con agradecimiento significa estar dispuestos a dar un paso más cuando la realidad no se ajusta a nuestros  planes. 
Hagamos de este día un canto de alabanza a Dios. Hoy existen más motivos para agradecer si sabemos dejar de lado el lamento y la queja por lo que no resultó. 
@Ale Vallina

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