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Mostrando entradas de noviembre 30, 2014

Conozca las intenciones de oración del Papa Francisco para diciembre

Conozca las intenciones de oración del Papa Francisco para diciembre
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Sube a nacer conmigo, dice el poeta Neruda. Baja a nacer conmigo, dice el Dios de Jesús. Hay que nacer de nuevo, hermanos Nicodemos y hay que nacer subiendo desde abajo. De esperanza en esperanza, de pesebre en pesebre, todavía hay Navidad. Desconcertados por el viento del desierto que no sabemos de donde viene ni adonde va. Encharcados en sangre y en codicia, prohibidos de vivir con dignidad, sólo este Niño puede salvarnos. De esperanza en esperanza, de pesebre en pesebre, de Navidad en Navidad. Siempre de noche naciendo de nuevo, Nicodemos. “Desde las periferias existenciales”; con la fe de María y los silencios de José y todo el Misterio del Niño, hay Navidad. Con los pobres de la tierra, confesamos que Él nos ha amado hasta el extremo de entregarnos su propio Hijo, hecho Dios venido a menos, en una Kenosis total. Y es Navidad. Y es Tiempo Nuevo. Y la consigna es que todo es Gracia, todo es Pascua, todo es Reino. Pedro Casaldaliga

«Un lugar para el Salvador del mundo»

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En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: «Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento. Al igual que un hombre que se ausenta deja su casa, da atribuciones a sus siervos, a cada uno su trabajo, y ordena al portero que vele; velad, por tanto, ya que no sabéis cuándo viene el dueño de la casa, si al atardecer, o a media noche, o al cantar del gallo, o de madrugada. No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos. Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!».                     Mt. 13, 33-37 Todos los años cuando llega el adviento sabemos que se cerca la celebración de la Navidad.  Y como es costumbre comenzamos a planificar la fiesta. Además de lo que nos toca organizar, también nos gustaría preparar el corazón para vivir más profundamente el misterio de la navidad. Es el nacimiento del Hijo de Dios lo que vamos a celebrar. Pero lo cierto es que cada vez nos resulta más difícil disponernos interiormente para recibir al Salvador.