
En el recuerdo de nuestros santos, y de nuestros difuntos... La última palabra: Después de la nada última, del silencio y del fracaso, de la sentencia cumplida, de que la tierra se cerrase sobre los restos de un sueño. Después de la injusticia y el abandono. Después de la quietud, de la muerte y el último frío… …un soplo, un aliento, algo. La Vida, irreverente y poderosa, la Luz, eterna, una Fuerza imparable, Dios mismo de otro modo. El juicio humano revocado la tierra, abierta y en ella, el germen de un árbol sin serpiente. Late, al fin, en el culmen de la historia, un fuego que nada podrá apagar. Ahora y siempre. José Mª Rodríguez Olaizola, sj Fuente: Rezando voy