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Mostrando las entradas etiquetadas como Reflexión Dominical
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T odo s somo s c ons c i e n t e s d e los r i n c o n e s «oscuros » de nuestro corazón que nos e n t r i s t e ce n , que no s a v e r gü e n z a n y d e s a n i m a n , q u e r ec h a za mos y desearíamos que no estuvieran ahí. Pero también somos conscientes que por más esfuerzos que hacemos para eliminarlos seguirán ahí. ¡Pareciera que se hacen más fuerte cuando más esfuerzo ponemos en que desaparezcan!   Al guno s de ellos   so n d e ela bo ra ci ó n propia. Muchas de las zonas oscuras de nuestro interior son el resultado de nuestras propias decisiones , a unqu e también existen otras que no lo son. Nos ocupamos por dirigir todas nuestras oraciones a ese lugar. Nos preocupamos por eliminar de nosotros toda imperfección como si estuviéramos condenados por ello. Nos sentenciamos a nosotros mismos por no ser lo suficientemente perfectos como desearíamos. Lo totalmente puros como nos gustaría. Nos castigamos por no ser perfectos, puros e inmaculados. Pero ...
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« 60 Por eso muchos de sus discípulos, cuando oyeron esto, dijeron: Dura es esta declaración; ¿quién puede escucharla?  61 Pero Jesús, sabiendo en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: ¿Esto os escandaliza?  62 ¿Pues qué si vierais al Hijo del Hombre ascender adonde antes estaba?  63 El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.  64 Pero hay algunos de vosotros que no creéis. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién era el que le iba a traicionar.  65 Y decía: Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo ha concedido el Padre.  66 Como resultado de esto muchos de sus discípulos se apartaron y ya no andaban con Él.  67 Entonces Jesús dijo a los doce: ¿Acaso queréis vosotros iros también?  68 Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.  69 Y no...

Jesús, signo y pan que alimenta nuestra fe

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Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste?". Jesús les respondió: "Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello". Ellos le preguntaron: "¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?". Jesús les respondió: "La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado". Y volvieron a preguntarle: "¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo". Jesús respondió: "Les aseguro qu...
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Entonces llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros. Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero; que fueran calzados con sandalias, y que no tuvieran dos túnicas. Les dijo: "Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos". Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo.  Marcos  6,7-13.   La fe que nace del amor nos convierte en hombres y mujeres disponibles para la misión. Personas con corazones capaces de salir de las propias fronteras para ir al encuentro del misterio del hombre. La fe cristiana madura en la medida en que aprende a relacionarse con el Misterio de un amor tan grande, y por momentos incomprensible...
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Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: "¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?". Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo. Por eso les dijo: "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa". Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y él se asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente. Mc 6, 1-6 Es algo común en nuestra vida diaria tomar un medio de transporte y tener en cuenta para ello adónde va y no de dónde viene. Sin embargo, a veces proce...

Finales y comienzos

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Cuando Jesús regresó en la barca a la otra orilla, una gran multitud se reunió a su alrededor, y él se quedó junto al mar.  Entonces llegó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verlo, se arrojó a sus pies, rogándole con insistencia: "Mi hijita se está muriendo; ven a imponerle las manos, para que se cure y viva". Jesús fue con él y lo seguía una gran multitud que lo apretaba por todos lados. Se encontraba allí una mujer que desde hacía doce años padecía de hemorragias. Había sufrido mucho en manos de numerosos médicos y gastado todos sus bienes sin resultado; al contrario, cada vez estaba peor. Como había oído hablar de Jesús, se le acercó por detrás, entre la multitud, y tocó su manto, porque pensaba: "Con sólo tocar su manto quedaré curada". Inmediatamente cesó la hemorragia, y ella sintió en su cuerpo que estaba curada de su mal. Jesús se dio cuenta en seguida de la fuerza que había salido de él, se dio vuelta y, dirigiéndose a la multitud, pr...
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Al atardecer de ese mismo día, les dijo: "Crucemos a la otra orilla".  Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron a la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya.  Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua.  Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal.  Lo despertaron y le dijeron: "¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?". Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: "¡Silencio! ¡Cállate!". El viento se aplacó y sobrevino una gran calma.  Después les dijo: "¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?".  Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: "¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?".  Marcos  4,35-41  En este evangelio Jesús nos conecta con nuestros  miedos y temores. Los discípulos, ante la tormenta que se desata en medio del mar y dentro de la endeble barcaza, le preguntan impotentes al Maestro:...
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Vivimos ahogados por las malas noticias. Emisoras de radio y televisión, noticiarios y reportajes descargan sobre nosotros una avalancha de noticias de odios, guerras, hambres y violencias, escándalos grandes y pequeños. Los «vendedores de sensacionalismo» no parecen encontrar otra cosa más notable en nuestro planeta. La increíble velocidad con que se difunden las noticias nos deja aturdidos y desconcertados. ¿Qué puede hacer uno ante tanto sufrimiento? Cada vez estamos mejor informados del mal que asola a la humanidad entera, y cada vez nos sentimos más impotentes para afrontarlo. La ciencia nos ha querido convencer de que los problemas se pueden resolver con más poder tecnológico, y nos ha lanzado a todos a una gigantesca organización y racionalización de la vida. Pero este poder organizado no está ya en manos de las personas sino en las estructuras. Se ha convertido en «un poder invisible» que se sitúa más allá del alcance de cada individuo. Entonces, la tentación de inhibirnos...

Corpus Christi: recordatorio del amor entregado.

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E l primer día de la fiesta de los panes Acimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: "¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?". El envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: "Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: '¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?'. El les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario". Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua. Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Tomen, esto es mi Cuerpo". Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: "Esta es mi Sangre, ...

«El amor es un misterio»

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« En aquel tiempo, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron. Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo». Mt 28, 16-20   Seguramente coincidimos en que el «amor es un misterio». Misterio que escapa a toda lógica y comprensión humanas. Realidad que parece guardar su secreto celosamente. ¿De dónde nos viene esa necesidad de amar? ¿Por qué el amor, cuando nos falta parece como si nos faltara el alma? ¿A qué se debe que podemos llegar a amar a alguien hasta perdernos a nosotros mismos? ¿Qué tiene el amor que puede cambiar nuestra vida por completo? ¿Por qué no podemos explicar el amor que se...

Solemnidad de Pentecostés

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E n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí. Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio. Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: 'Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes'."  Juan  15,26-27.16,12-15. No dejan de maravillarme las historias personales. Este último tiempo he escuchado historias preciosas, duras, sacrificadas y sorprendentes. La vida es un misterio y el corazón del hombre el lugar donde guardamos celosamente. Cuando ingresé a la Com...

Ascensión del Señor.

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E ntonces les dijo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación."  El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.  Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas;  podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán".  Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios.  Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban.  Mc  16,15-20.   Celebramos la Ascensión del Señor. Los evangelios de estos domingos de Pascua nos han ido trayendo poco a poco hasta este momento. Los primeros relatos pascuales nos comunicaron la necesidad que tuvieron los primeros seguidores de Jesús en ser fortalecidos en su fe. No...
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J esús dijo a sus discípulos: «Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.» Este es mi mandamiento: Amense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre. No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.» Jn  15,9-17.   "Amarnos los unos a los otros como Jesús nos ama” e...