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Mostrando entradas de marzo 25, 2012

«El final feliz»

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      Domingo de Ramos 1 deAbril                 Relato de la Pasión según San Marcos. Mc 14, 1—15, 47 No podemos negar que las películas de Hollywood son reconocibles por los discursos humanistas y los finales felices. Nos damos cuenta de que una película es una producción de Hollywood por el amplio despliegue de recursos que tiene. No se escatiman los gastos cuando el objetivo es sorprender al espectador. Y solemos decir que es una buena película cuando la trama parece llevarnos hacia una dirección pero sorpresivamente, un nuevo giro en la historia, nos desembarca en un final feliz. Las historias con  final feliz forman parte del sueño de todo ser humano. Ninguno de nosotros planifica su vida barajando la posibilidad de que al final no venza el bien y reine la felicidad. Este anhelo de una historia de vida feliz ha sido protagonista de nuestros desvelos y compañera de nuestras soledades. Es casi imposible no preguntarnos ¿cómo terminará esto? O ¿Dón
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María es protagonista junto a su Hijo en esta Semana Santa. Protagonista sin desearlo. Protagonista porque es su propia sangre la que se derrama. La  que ella alimentó y protegió desde su vientre. Protagonista silenciosa y discreta. Co redentora junto al Redentor. Protagonista que acepta, sin entender, y que sufre sin reclamar… A la Madre le duele el alma el contemplar los dolores de su Hijo. Pero no incomoda ni interviene. No tuerce la ley del Padre. Sólo acepta… Ante la escena de la Cruz implacable, me urge un pedido María: regálame tan sólo un poco de tu fidelidad. Algo de tu entereza ante los dolores y parte de tu devoción en las pruebas. Dame tus modos María, tu estilo y tu talante. Y concédeme parecerme a ti, aunque sólo sea en algo. Pues “ese algo” para mí lo es todo… @Ale Vallina
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¿Cómo te estás preparando para la Semana Santa? ¿Cómo has vivido la propuesta de retiro on line?
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"No el ESCEPTICISMO de Poncio Pilatos, no la IRRACIONALIDAD de los fanáticos; sólo "la verdad os hará libres".  Benedicto XVI, La Habana, 2012.

«Vivir con el Padre»

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Cuando terminó este discurso, Jesús elevó los ojos al cielo y dijo: «Padre, ha llegado la hora: Da gloria a tu Hijo para que tu Hijo te dé gloria a ti. Ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo para que tengan la plenitud de mi alegría. Les he dado tu palabra y por eso los odia el mundo; porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy d el mundo. Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad. Así como tú me enviaste al mundo. Y por ellos yo voy al sacrificio, para que ellos también sean verdaderamente santos. No ruego sólo por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos. Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste se las di a ellos, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Así seré yo en ellos, y tú en mí, y a

«Aprender a vivir»

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Era el día de fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la Probática, una piscina que se llama en hebreo Betsaida, que tiene cinco pórticos. En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua. Porque en ángel bajaba de vez en cuando y removía el agua. Y el primero que se metía cuando el agua se agitaba, quedaba sano de cualquier enfermedad. Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: «¿Quieres curarte?». Le respondió el enfermo: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy, otro baja antes que yo». Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y anda». Y al instante el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar. Pero era sábado aquel día. Por eso los judíos decían al que había sido curado: «Es sábado y no te está permitido llevar la camilla». Él le respondió
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La mentira nos atrapa en sus redes de engaños y tinieblas.La verdad siempre nos libera... Jesús nos quiere libres.

«Conciliar la vida»

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  «Jesús dijo además esta comparación por algunos que estaban muy convencidos de ser  justos, y  que despreciaban a los demás: Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: "Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; o como ese publicano. "Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano." El publicano, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "Dios, ten piedad de mí, pecador." Les aseguro que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado.» Lc 18, 9-14 En esta oración pido:   “Señor, renuévame por dentro con espíritu firme, crea en mí un corazón puro” (Puedes elegir esta oración para repetirla todo el día) Para reflexionar: Muchas veces cuando nos

«Sed por vivir»

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«Jesús  dijo a la Samaritana: «Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva. Ella le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿dónde, vas a conseguir agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus ganados? Jesús le respondió: Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed,  pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga sed ni venga hasta aquí a sacarla. Él le dijo: Ve, llama a tu marido y ven acá. Respondió la mujer y le dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Es verdad lo que dices que no tienes marido, has tenido cinco y el que ahora tienes  tampoco es tu marido. La mujer le dijo: Señor, me parece que tú eres profeta.»

«ENFRENTA TUS MIEDOS»

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«Jesús dijo a Nicodemo: «En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que ha nacido de la carne, es carne, y lo que es nacido del Espíritu, es espírit u. No te extrañes de que te haya dicho: "Necesitas nacer de nuevo, de arriba." El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede ser esto?» Jn 3, 3-9 En esta oración pido: «Señor, dame la gracia de poder morir a aquellas cosas que no me dejan vivir» (Puedes elegir esta oración para repetirla todo el día) Para Reflexionar: El temor a la muerte motiva gran parte de las cosas que hacemos, ya sea po
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Pequeña María,  sencilla flor, con sorpresa y humildad recibiste al ángel Gabriel. En el Misterio de la eternidad el Verbo se encarnó en Ti. Por eso te llaman la bendita entre todas las mujeres. Encuentro divino entre el ángel mensajero y la Niña que hubo de hacerse Madre en obediencia y en amor… Madre, acércanos  a tus virtudes para que se “encarne” en nuestros corazones tu bendito Hijo. Amén. @Ale Vallina

«El desprendimiento en la fe»

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La famosa frase acuñada «ver para creer» se ha convertido en el bastón de la credibilidad. ¡Son tantas las promesas incumplidas! ¡Tantas las confianzas rotas! Tantos sueños depositados en manos de otros que terminaron en los cajones o cestos de basura, que nuestra capacidad de confianza parece haber llegado al límite. Hoy en día para creer se exige una certeza verificable empíricamente. Entonces comprobando la coherencia entre las promesas y las acciones concretas es como se llega a creer. Ahora bien, esta realidad ¿se ha filtrado en nuestra fe? Acaso ¿es cierto que tenemos que ver lo que Dios es capaz de hacer para creer en él? ¿Dónde hemos puesto nuestra confianza? ¿Dónde tiene fundamento nuestra fe?. El evangelio de Juan relata la entrada de Jesús a Jerusalén. Era el momento en que todo judío piadoso peregrinaba al templo para celebrar las fiestas. También va Jesús. Por aquellos días la “fama” de Jesús se había extendido notablemente. Era conocido como un hombre que “curaba”, que ha