María es protagonista junto a su Hijo en esta Semana Santa. Protagonista sin desearlo. Protagonista porque es su propia sangre la que se derrama. La  que ella alimentó y protegió desde su vientre. Protagonista silenciosa y discreta. Co redentora junto al Redentor.
Protagonista que acepta, sin entender, y que sufre sin reclamar…
A la Madre le duele el alma el contemplar los dolores de su Hijo. Pero no incomoda ni interviene. No tuerce la ley del Padre. Sólo acepta…
Ante la escena de la Cruz implacable, me urge un pedido María: regálame tan sólo un poco de tu fidelidad. Algo de tu entereza ante los dolores y parte de tu devoción en las pruebas. Dame tus modos María, tu estilo y tu talante. Y concédeme parecerme a ti, aunque sólo sea en algo. Pues “ese algo” para mí lo es todo…
@Ale Vallina

Comentarios