El milagro de lo cotidiano




2 de junio
Con Jesús por la mañana.  ¡Cuántas veces se nos hace rutina la compañía de otros! Hemos transformado en rutinaria la presencia de otras personas y hemos dejado de valorar y agradecer su presencia. Los encuentros se han vuelto fugaces y pasa inadvertido el valor que tiene la vida de los demás. Ofrezco mi día al Sagrado Corazón por las intenciones del Papa. Hoy prestaré atención a todas las personas que están en mi vida y tendré un gesto de agradecimiento con ellas.
Con Jesús durante el día.  «El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mc 12,31) ¿Valoro que en mi vida haya personas que cotidianamente me acompañan y me ayudan? Les diré a esas personas lo valiosas que son y lo feliz que me hace su presencia. Le pediré al Sagrado Corazón por ella.
Con Jesús por la noche.  Agradezco el día a Jesús. ¿He sido consciente que la compañía de otras personas es un regalo del que no todos gozan? ¿Pude expresar mi cariño a las personas que están en mi vida? Pido perdón. Mañana viviré con agradecimiento que mi vida esté acompañada por otros.

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