San Ignacio da por supuesto que Dios está siempre interesado en nosotros: que siempre nos tiene presentes. Cuando saboreas tales experiencias, entras en un período parecido a una luna de miel en tu relación con Dios: quieres estar con Dios y sentir más y más la presencia de Dios. (William A. Barry ,SJ - Una amistad como ninguna)

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