Señor, hoy pongo este día en tus manos. Con todo lo que ello implica: aceptación y confianza. Aceptación de lo que que me toque transitar, ya sean alegrías o contrariedades.
Confianza de que me amas como a la niña de tus ojos, y no dejarás de acompañarme y de cuidarme.
Pongo a mi familia y amigos entre tus benditas manos para que los cobijes con tu amor infinito.
No permitas que me aparte de Vos. “Tuya soy”, como decía la gran santa, Teresa de Ávila. Más que otra cosa, deseo hacer tu voluntad y necesito, para ello, de tu auxilio.
 No abandones este barro frágil, débil e imperfecto, que sólo cuando es amasado por tu Amor, cobra sentido.

@Ale Vallina

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