¿Qué valen nuestros pequeños ideales en comparación 
con la eternidad de inmensidad de Dios?
Cuando se mira la altura del Altísimo, 
nuestros temores parecen sombras ridículas. 
En la altura de Dios, las cosas adquieren su real Estatura
todo queda ajustado y llega la paz.
Ignacio Larrañaga

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