El profeta que necesitamos hoy, eres tú mismo. Tú eres el hombre y la mujer de Dios que necesitamos que nos ayude a encontrar a Dios en todas las cosas. Pero sobre todo, necesitamos ver a Dios en tu vida, en tus palabras, en tus obras. Tú eres el hombre y la mujer que Dios ha elegido para hacer evidente su amor entre nosotros. Tú eres el profeta de la unidad y la armonía que necesita tu comunidad. Tú eres el profeta de la reconciliación que muchos necesitan para volver a unir sus voluntades. Tú eres el profeta que la Iglesia necesita para hacer cada vez más evidente al amor a los más pobres. Tú eres el profeta que necesita la Iglesia para recordarle que no ponga su seguridad en el poder, sino en la fuerza de su amor. Tú eres ese profeta que aún no termina por creer que Dios te haya dado una misión. Tú eres quién puede hacernos evidente el amor y la misericordia que Dios quiere expresar a los demás. ¿Lo crees? Te has puesto a pensar ¿Cuál es tu misión como profeta? ¿Crees que Dios te eligió, desde el bautismo, para ser profeta…? 
P. Javier Rojas sj

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