Cuando uno llega a una edad en que va a optar por su futuro, si tiene en cuenta la dimensión religiosa como el valor que viene a vertebrar toda su vida cualquiera que sea su realización concreta, lo primero que tiene que plantearse es qué es lo que Dios quiere de uno. Y cuando uno se lo plantea con sinceridad, Dios le responde. Eso es precisamente lo que llamamos vocación. (José Gea Escolano)

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