Después de la muerte no hay otro 'después'. Palabras como después o antes pertenecen a nuestra vida mortal, a nuestra vida en el tiempo y espacio.
La muerte nos libera de los límites de la cronología y nos lleva al 'tiempo' de Dios, que es atemporal. Las especulaciones sobre la vida después de la muerte, por lo tanto, no son más que eso: especulaciones.
Después de la muerte no hay 'primero' ni 'más tarde', ni hay 'aquí ' o 'allá', ni 'pasado', o 'presente', o 'futuro'. Dios es todo en todos.
El fin de los tiempos, la resurrección de los cuerpos, y la nueva venida gloriosa de Jesús no están separados en el tiempo para aquellos que ya no están en el tiempo.
Para nosotros, que todavía vivimos en el tiempo, es importante que no actuemos como si la nueva vida en Cristo fuera algo que podemos abarcar o explicar. El corazón y la mente de Dios son mayores que los nuestros. Todo lo que se nos pide es confianza.
Henri Nouwen.

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