¿Te preguntas si estás educando bien a tus hijos? San Pablo aconseja enseñar lo siguiente, ¿que opinas?


«No sigas la corriente del mundo en que vivimos, sino que transformémonos por la renovación de nuestra mente. Que el amor sea sincero. Aborrezcan el mal y cuiden todo lo bueno. En el amor entre hermanos: demuéstrense cariño unos con otros. En el respeto: estimen a los otros como más dignos. En el cumplimiento del deber: no sean flojos. En el Espíritu sean fervorosos, y sirvan al Señor. Tengan esperanza y estén alegres. En las pruebas; sean paciente. Oren en todo tiempo. Con los creyentes necesitados: compartan con ellos. Con los que estén de paso: sean solícitos para recibirles en su casa. Bendigan a quienes los persigan: bendigan y no maldigan. Alégrense con los que estén alegres, lloren con los con otros. No busquen las grandezas, sino más bien lo humilde. No confíen en su propia sabiduría. No devuelvan a nadie mal por mal; procuren hacer el bien delante de todos los hombres». Rm 12, 2.9-17.21

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