Quiero, Señor, preparar tu camino.
Luchando, por rebajar todas esas
colinas de autosuficiencia.
Avanzando, para llenar lo que la sociedad
caprichosa e insolidaria, mezquina y sin sentido,
pretende dejar lo más sagrado, vacío y sin contenido.
Quiero, de verdad Señor, preparar tu camino.
Despejar nuestras mentes embarulladas por lo efímero
y colmarlas con tu presencia, con tu Nacimiento.
Denunciar falsedades o verdades a medias
y, con la trompeta de tu nuevo día,
pregonar a este mundo que todavía
es posible la esperanza.
Javier Leoz

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