El mundo está lleno de mil razones diarias para la alegría. No
hace falta inventarlo, soñándolo mejor de lo que es; no es siquiera
necesario ignorar sus zonas negras. Basta verlo con ojos abiertos y luminosos.
Basta con no ponerse las diabólicas gafas de las tinieblas...

José Luis Martín Descalzo
“Razones para la esperanza”

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