«Quédense con lo bueno»

                   

Esta mañana al revisar el correo electrónico me encontré con uno, que me había enviado un feligrés de esta comunidad, que decía «La felicidad es contagiosa».
Era el artículo de un estudio realizado en Harvard por notables médicos y científicos de esa prestigiosa casa de estudios. Los investigadores analizaron información acerca de la felicidad de 4739 personas y sus conexiones con otros miles de personas (esposos, familiares, amigos cercanos, vecinos y relaciones laborales) entre 1983 y 2003 y después del análisis de la información llegaron a la conclusión de que la felicidad es “contagiosa”.
Dice el texto: "Su felicidad depende no sólo de sus elecciones y acciones, sino también de las hechas por personas que uno ni siquiera conoce, con dos o tres grados de separación"
Esta fascinante verdad, y sin quitarle mérito a los catedráticos de Harvard, es una revelación que los cristianos hemos recibido en el evangelio... Lo cual no significa que lleguemos a creerlo por completo, pero si nos abre el pensamiento para seguir creyendo que fe y razón no se oponen y que cuando la verdad es genuina en algún punto siempre se tocan.
Pero el artículo no termina ahí, porque expresa también “"si el amigo del amigo de su amigo se alegra, esto tendrá un impacto mayor en su felicidad que poner $ 5000 en su bolsillo".
Para quienes prefieren definirse como racionales antes que incrédulos esta es una prueba más que el evangelio es camino de vida nueva.
 Hoy el evangelio de Juan y la Carta de san Pablo a los cristianos de Tesalónica, tienen una conexión enorme. Por un lado Pablo aconseja «Estén siempre alegres, no extingan la acción del Espíritu y examinen todo y quédense con lo bueno». Y por otro, la pregunta del millón que hacen a Juan «¿Quién eres tú?».
Si en este tiempo alguien te preguntara ¿Quién eres tú? ¿Qué responderías?. Tal vez te sorprenderías al escucharte que te defines por las cosas buenas o malas que han sucedido. Atribuimos nuestra identidad a los logros y fracasos. O lo que es más triste aún, creemos que “somos” lo que logramos o lo que perdemos.
Nuestra identidad no puede definirse en función de lo que hacemos o de lo que nos pasa, porque si fuera así estaríamos condenados a vivir persiguiendo los éxitos para lograr sentirnos personas.
Dice san Pablo, que no debemos “extinguir el Espíritu” que es la presencia viva de Dios en nosotros y esa presencia de Espíritu está dada por la capacidad “alegría” que podemos albergar en nuestro alma, alegría que en definitiva es lo que se contagia a los demás…
A esta conclusión es a la que han arribado los científicos de Harvard: la total aceptación de uno mismo con sus luces y sombras no definen la identidad, sino que la conforman. Porque el hecho de que mi vida esté sembrada de logros y fracasos, de triunfos y derrotas,  no hace de nosotros hombres y mujeres felices. Lo que nos convierte en verdaderamente felices, es “examinar nuestra vida y quedarnos –siempre- con lo bueno”…

P. Javier  Rojas sj
            

Comentarios

Rodolfo Plata ha dicho que…
JAQUE MATE A LA DOCTRINA JUDAIZANTE DE LA IGLESIA. La importancia de la crítica a la cristología de san Pablo, radica en que nos aporta los elementos de juicio necesarios para visualizar nítidamente __la omisión capital que cometió Pablo en sus epístolas al mutilar al cristianismo de su doctrina más importante. Desechando la prueba viviente en Cristo hombre que nos confirma que es posible alcanzar la trascendencia humana practicando las virtudes opuestas a nuestros defectos hasta adquirir el perfil de humanidad perfecta, patente en Cristo (cero defectos), que nos da acceso a las potencialidades del espíritu (doctrina sustentada por filósofos y místicos)__ Y la urgente necesidad de formular un cristianismo laico enmarcado en la doctrina y la teoría de la trascendencia humana, a fin de afrontar con éxito: el ateismo, el islamismo, el judaísmo, el nihilismo, la nueva Era y la modernidad, que amenazan con sofocar el mensaje universal de Cristo. http://es.scribd.com/doc/73946749/Jaque-Mate-a-La-Doctrina-Judaizante-de-La-Iglesia