En nombre del padre y del hijo
y del espíritu santo,
porque me ha querido tanto
yo le pido tata Dios
que no me falte la voz,
al comenzar este canto.
cantado:
Al pago de Palestina,
con un mensaje de amor,
se apió el chasque del Señor
pa' preguntarle a María,
si en nombre de Dios quería
ser madre del redentor.
Vendrá el espíritu santo,
su sombra te cubrirá
y en adelante serás
la madre del Dios visible
porque nada es imposible
a su eterna majestad.
Hágase su voluntad,
le dijo entonces María,
y desde aquel santo día,
tuvo el hombre la esperanza
que en la divina balanza,
siempre el amor ganaría.
Y llegó el tiempo de Dios
pa' salud de los mortales
como un pimpollo que sale
floreció el divino niño
y la Virgen con cariño
lo envolvió con los pañales.
recitado:
Nació en un hueco de olvido,
pudiendo nacer con fama:
jué recostado en la grama,
porque ni apero tenía;
pudo ser reina su mama,
pero fue mama María.
cantado:
Velando algunos pastores
la majada en derredor
los envolvió el resplandor
de un ángel que les decía:
"No teman, hoy es el día
que ha nacido el Salvador".
Mientras iban los pastores
pa' ver si esto era veraz
un ejército fugaz
de ángeles canta y murmura:
"Gloria a Dios en las alturas,
y al hombre güeno la paz".
Después que le presentaron
al templo según las leyes
de lejos vinieron reyes,
de una estreya conducidos
pa' adorar al Dios nacido
en un pesebre de güeyes.
Cuando se paró la estrella
en la casa del Señor
dentraron al interior
pa' darle de sus petacas
el perfume de la albahaca,
con el oro de su amor.
recitado:
Alvertidos en sus sueños
Se fueron por otras sendas
a sus tierras de leyenda
porque Herodes por temor
que le quitaran las riendas
quiso matar al Señor.

2. DESTIERRO Y GÜELTA
(chamamé)
cantado:
El odio tendió su mano
en mesejante conflito
y pa' salvar al niñito
mandó en sueños a José
ganar de noche y de a pie
las fronteras del Egito
Tiempo después murió Herodes
y aquéllos seres sagrados
por un ángel avisado
se volvieron pa' su cerro
después de haber amasado
el duro pan del destierro
recitado:
Siendo chango en Nazaret
crecía en gracia y tamaño
y cuando tuvo doce años
en un hecho sin ejemplo
se quedó de un modo extraño
entre los máistros del templo
cantado:
Iban pasando los años
mientras María en su pecho
conservaba aquellos hechos
Jesús sin ruido y renombre
crecía en grande provecho
ante Dios y ante los hombres.

Padre Amado Anzi sj

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