No acallar el Espíritu de Jesús



Día 20
  
Con Jesús por la mañana. “Sus familiares, que lo oyeron, salieron a calmarlo, porque decían que estaba fuera de sí” (Mc 3, 20-21). Una vida en Jesús podría incomodar y podríamos vernos tentados a “acallar su voz”. Sin embargo “el Espíritu puede hacer brotar una alegría diferente en nuestro corazón; puede vivificar nuestra vida envejecida, puede encender en nosotros el amor incluso hacia aquellos por los que no sentimos hoy el menor interés” (J.A. Pagola). Reflexiona, ¿Guardas coherencia entre tu fe y tus diversiones, conversaciones, uso prudente del dinero? Ofrece tu día por la intención del Papa.

Con Jesús por la tarde. Admirarse. Todo lo creado está dispuesto para recordarte que Dios te ama con un amor singular y para que a través de las cosas, te encuentres con Él. La belleza de la naturaleza, la armonía de los sonidos, el trabajo de tus hermanos, la tecnología, la investigación y creación humanas, todo es lugar para el encuentro y la comunicación con Dios. Detente a admirar lo que te traiga el día, descubre y agradece el Amor de Dios en cada cosa.

Con Jesús por la noche. Descubrir el amor. Tómate un momento para pedir al Señor que te muestre la belleza del día vivido, los lugares que recorriste, las personas que encontraste, las tareas, el bien que has podido hacer y recibir, los aromas y colores, la naturaleza y cada detalle del día. ¿Qué quieres agradecer? Disfruta de este momento con Dios y disponte a vivir mañana en el Amor del Dios.

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