Una viñeta encontrada en la web nos arranca una sonrisa...
Es que aunque pueda sonar infantil, la MADRE, así con mayúsculas, intercede por cada uno de nosotros ante Dios. Es su modo de ser. Ese es su modo de proceder. No puede dejar de rogar por cada uno de los que le han sido encomendados.
Las madres tenemos eso. Un deseo profundo, desde lo hondo del corazón, de que nuestros hijos tengan vida plena y gozosa.
¡Cuánto más María, entonces, regalo de Dios para todas las generaciones!
@Ale Vallina.

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