Me parece una grave perversión difundir esa estúpida idea de que quien recibe la Sagrada Comunión en la mano hace algo malo, o incluso que comete pecado. 
Con esta extrañeza se pierde totalmente de vista la importancia de Aquel al cual se recibe, y la importancia de cuidar la disposición con la cual se lo recibe (en gracia de Dios o en pecado).
Sería como decir que quien recibe la Comunión en la boca lo primero que hace es sacarle la lengua al Altísimo!!!
Por otra parte, si la Madre Iglesia lo permite, nadie tiene nada que objetar!
ROMA LOCUTA, CAUSA FINITA!!
P. Juan Pablo Esquivel.

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