No es fácil estar con un amigo que está sufriendo mucho. Nos hace sentirnos incómodos. No sabemos qué hacer o que decir, y nos preocupa saber cómo tenemos que responder a lo que escuchamos.
Nuestra tentación es decir cosas que salen más de nuestros propios miedos que de nuestra preocupación por la persona que sufre. A veces decimos cosas como: 'Bueno, estás mejor que ayer', o 'Pronto volverás a ser tú mismo', o '¡Estoy seguro de que superarás esta situación!'
Pero muy a menudo nosotros sabemos que lo que estamos diciendo no es verdad, y nuestros amigos también lo saben.
No tenemos que jugar juegos los unos con los otros. Podemos decir, sencillamente: 'Soy tu amigo. Me alegra poder estar contigo'. Y esto podemos decirlo en palabras, o con un toque de la mano, o en un cariñoso silencio.
Henri Nouwen. Pan Para El Viaje.

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