El texto del n° 46  del libro de los Ejercicios Espirituales dice «La oración preparatoria es pedir gracia a Dios nuestro Señor para que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina majestad.» 
El texto ignaciano puede ser adaptado a las condiciones personales de la persona que reza. Por ejemplo puedes pedir «Señor, que yo viva para ti y no para mi. Que todo lo que haga sea sólo para buscar tu servicio y alabanza y no los míos propios.» O bien «Señor, que todo mi ser se oriente hacia ti, que no me separe de tu voluntad. Amén”

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