Te entregamos nuestros hijos, Madre. Son tuyos antes que nuestros.
Cuídalos, protégelos, cobíjalos. No dejes que los males del mundo los alcancen. Ayúdalos a perseverar en la fe. Que siempre deseen estar cerca de tu Hijo.
No te pido que no tengan problemas. Ellos son parte de esta vida, pero te ruego que los auxilies cuando aparezcan. Entrégales fuerza, cuando arrecien las tormentas, y paz cuando estas pasen.
Aléjalos de las malas influencias, de los antivalores, de la superficialidad. Cuídales su salud y comparte con ellos sus penas y alegrías. Arrópalos en tu manto y pon tu mano en sus cabezas. Que te sientan Madre como yo te siento…
Ale Vallina

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