Necesitamos recuperar la seguridad interior que nos da la fe y la confianza en Dios. Esta seguridad es fruto de la aceptación de lo que somos y del poder de Dios. Si podemos confiar en lo que Dios hace en nosotros, podremos confiar también en lo que puede hacer en los demás. Pidamos a Dios la gracia de creer en lo que Jesús cree. Si Jesús nos ha llamado a estar en su compañía es porque está seguro de que podemos permanecer junto a Él. Sólo si somos capaces de confiar en nosotros mismos podremos depositar la confianza en Dios.
P. Javier Rojas sj

Comentarios