Cuando leemos en los periódicos que este es un corrupto, que aquel otro también, que ha hecho esta corruptela y que las comisiones van de un lado a otro y muchas cosas de algunos prelados, como cristianos nuestro deber es el de pedir perdón por ellos y que el Señor les dé la gracia de arrepentirse, que no mueran con el corazón corrupto…
Condenar a los corruptos ¡sí!”, concluyó el Papa, “pedir la gracia de nos convertirse en corruptos, ¡sí!” y “rezar por su conversión.

Francisco.

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