"Señor: no estoy seguro de que estoy haciendo tu voluntad. Es más, creo que nunca lo sabré. Pero sí quiero hacer tu voluntad. Y sé que eso te complace.” -Thomas Merton-
Cuando leí esta frase de Merton, pensé: “Qué bien lo ha expresado este monje trapense. Con mayor claridad y sinceridad, imposible.”
Es que los seres humanos somos así, incompletos, inacabados, siempre en “gerundio”. Haciéndonos en el día a día con el deseo genuino de realizar lo que Dios quiere y a la vez con inseguridades y perezas. Con marchas de paso convencido y también con esperas al costado del camino…
Pero como sabemos que Dios es Padre, el que nos reveló Jesús, confiamos en la ternura y en la firmeza con la que nos alienta y acompaña a cada uno de sus hijos… ¡Y cuánto se ha de complacer cuando al iniciar cada jornada le pedimos hacer siempre su santa voluntad…!
El Padre se complace tanto con nuestros intentos como con nuestros logros…
@Ale Vallina.

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