El trabajo es santificador en sus resultados, pues, por el trabajo el hombre colabora al, plan de Dios, humaniza la tierra, la penetra de pensamiento, de amor, la espiritualiza y diviniza. Por el trabajo el hombre contribuye al bien común temporal y espiritual de las familias, de la nación, de la humanidad entera. Por el trabajo descubre el hombre los vínculos que lo unen a todos los demás hombres, siente la alegría de darles algo y de recibir mucho en cambio. 
San Alberto Hurtado S.J.

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