Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. 
Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: "Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. 
Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él". 
Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos. 
Mc 10,13-16.

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