Muchas personas viven dormidas. Viven en un mundo lleno de fantasías. Se hacen ilusiones. No están en contacto con la realidad. El sacerdote jesuita indio De Mello opina que la mística es un despertar a la realidad . Experimentar a Dios es despertar. La mística no habla sólo de los iluminados, quienes están completamente compenetrdos con la luz divina, sino también de aquellas personas que han despertado, que han revivido a través de su camino espiritual liberándose de las ilusiones que se han forjado de la vida. Han despertado porque han encontrado a Dios. Dios mismo los ha despertado, sacudido a la vigilia. A veces, este proceso del despertar es doloroso, tal como a veces nos resistimos a despertar y levantarnos por la mañana. Sería mucho más lindo continuar medio dormido, viviendo en un mundo de ensueños...
Hay muchas personas que atraviesan este tipo de fases, en las cuales no viven realmente, sino que transitan por un mundo de ensueño, un mundo irreal que no tiene contacto con el mundo verdadero. Creer en el despertar de Jesús significa pedirle a Dios que nos despierte de nuestro letargo, que nos abra los ojos para que podamos reconocer la realidad.
¡Intenta recorrer despierto el transcurso de este día! ¡Obsérvate, mira cuándo huyes hacia las ilusiones, cuándo te refugias en el sueño! ¡Abre los ojos! ¡Mira la realidad, tal como es! ¡Despierta y levántate! ¡Vive atento, derecho, erguido!.
Anselm Grün.

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