Para nuestro Padre, ninguno de nosotros, sus hijos, estamos  definitivamente perdidos. Nos busca denodadamente porque desea encontrarse con cada uno. Ansía  intimar con nuestros corazones, y  poseernos eternamente. Desea bailar con nosotros la danza de la Vida…
 El Padre confía en nuestra capacidad de superación. Nos cree cuando le decimos que estamos intentando corregir nuestros equívocos, absurdos y dolorosos…Dios cree en nosotros y nos alienta a vencernos cada día.
Cuánto amor derrama en nuestras vidas….porque Dios solo puede amar y sentir misericordia por sus hijos. Dios nos dona su confianza. Y es de allí que sale nuestra fuerza para volver a levantarnos de las caídas.
Para el Padre, ninguno de nosotros, está definitivamente perdido.  Somos los herederos de su Reino. Ese, que Él desea que colaboremos construyendo con amor y con solidaridad…

@Ale Vallina

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