Oh María, portadora del Salvador,
confórtame tú, que yo me veo lleno de pecados
rodeado de peligros y frío en el amor a Dios.
Consuélame y que el consuelo sea
hacerme iniciar una vida nueva,
que agrade a tu Hijo Jesucristo.
Transforma mi existencia, oh madre mía María;
cámbiame, que tú lo puedes lograr.
Amén.
Alfonso María Ligorio.

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