Y si hoy nos proponemos no culpar a nadie, ni a Dios, ni a la vida, ni al vecino, ni al destino de lo que nos pasa?
Y si nos proponemos hoy aceptarnos a nosotros mismos con nuestra historia, nuestros logros y nuestros fracasos?
Y si reconocemos de una vez y para siempre que tal y como somos Dios nos acepta y ama, y que sólo falta la autoaceptación para llevar una vida plena y feliz?
Buenas preguntas...Les deseo las mejores respuestas...
@Ale Vallina.

Comentarios