El ayuno cuaresmal implica la abstinencia de comidas y bebida. Pero no es sólo eso. Privarse de alimentos es más fácil que callar las malas palabras que hieren y las malas acciones que lastiman a otros. Vivir el Evangelio no es nada sencillo...
Sigamos con nuestros propósitos personales en esta Cuaresma. Cada día un poquito más de coherencia y de esfuerzo personal por ser mejores personas, más amorosas… Aunque nos cueste…
“Ayúdanos Señor a borrar errores… y  a aprender de ellos…”

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