"Comprender tus heridas sólo puede ser terapéutico cuando esa comprensión está al servicio de tu corazón. No es fácil llegar al corazón con tus heridas: exige liberarse de muchas cuestiones. Te preguntas: ¿Por qué me lastimé? ¿cuándo? ¿cómo? ¿quién lo hizo? Crees que las respuestas a estas preguntas te aliviarán. Pero, cuanto mucho, sólo te ofrecerán una pequeña distancia respecto de tu dolor.
Tienes que liberarte de la necesidad de seguir controlando tu dolor y confiar en el poder terapéutico de tu corazón. Allí, tus heridas pueden encontrar un lugar seguro donde se las recibe, pierden su facultad de infligir daños y se transforman en un suelo fértil para una nueva vida.
Piensa en cada herida como pensarías en un niño que ha sido lastimado por un amigo. Mientras el niño esté despotricando y desvariando, intentando volverse contra el amigo, una herida lleva hacia la otra. Pero, cuando el chico siente el abrazo de consuelo de uno de sus padres, puede sobrevivir al dolor, volverse hacia el amigo, perdonarlo y construir una nueva relación.
Sé amable contigo mismo, y deja que tu corazón sea de tu amoroso Padre mientras sobrevives a tus heridas".
Henri Nouwen. La voz interior del amor. Sobrevive a tus heridas

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