Si te caes te levantas. Vamos tú puedes. Hay momentos en los que deseas claudicar, tirar todo y no seguir...No, no te desesperes...Sólo pueden contigo si te acabas rindiendo.
Recuerda que hay Alguien que apuesta por ti. Y cree en tu capacidad de mejorar, de crecer, de enmendar, de luchar, de corregir, de amar...
En Dios siempre está presente la esperanza de tu cambio de rumbo hacia el bien...


“Caí, pero he de levantarme; vivo en tinieblas, pero el SEÑOR es mi luz”
(Miqueas 7,8)

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