"Con frecuencia estamos tan agitados y somos tan incapaces de encontrar la tranquilidad interior que estamos impacientes por ocuparnos de nuevo en algo, evitando así enfrentarnos con el caótico estado de nuestra mente y nuestro corazón. Pero si somos fieles a nuestra disciplina, aunque sólo sea durante diez minutos al día, iremos descubriendo gradualmente (gracias a la luz de la lámpara de nuestras oraciones) que hay un espacio dentro de nosotros en el que habita Dios y en el que estamos invitados a vivir con Dios. Cuando descubrimos este lugar interior y santo, lugar más bello y hermoso que cualquier otro por el que podamos viajar, queremos quedarnos allí y alimentarnos espiritualmente".
Henri J.M. Nouwen. Aquí y Ahora. Viviendo en el Espíritu

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