No tenemos en nuestras manos las soluciones para los problemas del mundo. Pero frente a los problemas del mundo, tenemos nuestras manos...
Cuando el Dios de la historia venga, nos mirará las manos...

Cómo están tus manos? Curtidas por las labores? Gastadas de dar, ofrecer y animar? Son manos amistosas que acarician y abrazan, o crispadas y esquivas?
Mírate las manos y ábrelas a la vida...

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