Incluir es amar



Día 11

Con Jesús por la mañana. “Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó diciendo: Quiero queda limpio” (Mc 1, 40-45). “La felicidad sólo es posible allí donde nos sentimos acogidos y aceptados. Donde falta acogida, falta vida; nuestro ser se paraliza; la creatividad se atrofia” (J.A. Pagola). El amor de Jesús rompe con todos los prejuicios de exclusión pues extiende la mano y toca al leproso, sanándolo e incluyéndolo. ¿Quiénes están excluidos de tu acogida en razón de prejuicios, viejos rencores y recelos? Amplía tu círculo y acércate a esa persona que has mantenido alejada. Ofrece tu día por la intención del mes. 

Con Jesús por la tarde. Aprender a convivir. Una experiencia sanadora es aceptar que los vínculos no son perfectos y que las personas amamos de manera imperfecta incluso, dañando. El amor también duele porque fallamos en el amor. El desafío es aprender a sostenernos en los vínculos en los momentos de tensión y ansiedad, con la certeza que las dificultades ayudan a madurar el amor. La cruz es parte de los vínculos y la perseverancia en ellos es la resurrección del amor. ¿Qué te dicen a ti estas palabras? ¿Sostienes los vínculos en las dificultades? Pide ayuda al Señor.

Con Jesús por la noche. Aceptar las dificultades. Tómate un tiempo para estar a solas con Jesús. Respira hondo y serénate. ¿Has cuidado la alegría y la paz de tu corazón? ¿Has cuidado el buen trato con tus hermanos?  ¿Deseas pedir perdón a Dios por algo? Quédate en paz en este momento y pide a Dios que te abrace en su amor. Apunta un propósito para mañana.

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