¿Por qué yo?
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Día 22
Con Jesús por la mañana: Al  oír  las  palabras  de Jesús, muchas de las personas de su tiempo respondieron como Caín: “¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?” (Gn 4, 9). Hoy sucede lo mismo. Ante las palabras del Evangelio, gran parte de la gente permanece en la indiferencia, protegidos por una sordera en su conciencia que facilita su comodidad. Y tú, ¿quedarás atrapado en la globalización de la indiferencia?

Propósito durante el día: Hoy tomaré la decisión de ayudar a quien necesita. Ayudar es amar al prójimo y esto es fundamental en el evangelio. Ayudaré a alguna persona en particular.

Con Jesús por la noche: Agradezco por las experiencias vividas. ¿Con qué sentimientos finalizó el día? Hoy, ¿triunfó en mi corazón la “globalización de la indiferencia? Pido perdón. Mañana, no dejaré que esa epidemia enferme mi corazón y mi fe.

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