¿Has visto lo irresistibles que son  los rostros serenos y alegres, las personas con conversaciones optimistas y esperanzadas y las que transmiten su alegría, que no depende ni de lo que poseen, ni de lo que pierden?
Posiblemente no podamos ser felices todo el tiempo. La felicidad son momentos, dicen algunos. Pero lo que nos puede asegurar cierta dosis de felicidad, y de esto estoy convencida, es el servicio desinteresado a los demás, y la aceptación y cooperación con lo inevitable.
La felicidad no es un destino, es un camino. Y cada uno de nosotros escribe su propia historia en él.  Recuerda que la vida siempre va hacia adelante…
¿Y entonces con los problemas y tristezas qué hacemos? Saber que van a llegar, reconocer que son parte de la vida, pero no dejar que nos quiten la paz. “Comienza el día con buena cara, que ya habrá tiempo de chupar limones…”
Ama la vida que vives. Y vive la vida que amas. Y no dejes de mirar a lo alto para agradecer…

¡No te rindas!

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