Seguramente suena extraño, pero puede ser una buena definición de la Cuaresma: un tiempo para recuperar la mística de Jesús. Porque conversión quiere decir cambiar la manera de pensar y de ver las cosas (para pensar y ver las cosas según Dios, tal como Jesús nos lo revela con sus palabras y con su vida), cambiar los criterios con los cuales miramos las personas y las cosas, y que son los que nos mueven a la hora de actuar. La Cuaresma nos invita a hacer que nuestros planteamientos se acercan al máximo a los de Jesús.
P. Francesc Mulet Ruíz

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