En algún momento necesitamos enfrentarnos a la pregunta ¿estoy dispuesto a ser amado por quién soy?  Porque si no lo estamos no podemos pretender ser amados, sino solo necesitados. Es preciso dejar de ser “algo” que complace y satisface anhelos ajenos para vivir con autenticidad. ¿Quién soy? ¿Hacia dónde voy? ¿Qué deseo? ¿Cuál es mi destino y misión en la vida? Son cuestionamientos que sólo yo puedo responder. 
Urge dejar de encarnar “vidas, proyectos y sueños ajenos” para asumir la propia vida con valentía, confianza, fe y esperanza en Dios. Necesitamos forjar la propia historia, con sus luchas, asumir los propios errores y aciertos y, celebrar junto a los que nos aman de verdad, las propias conquistas. Nuestra vida no estará completa hasta que no hayamos encontrado alguien a quién amar y nos ame con el misterio que realmente soy.
P. Javier Rojas sj

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