El Señor te custodia y te da sombra, 
está siempre a tu diestra:
durante el día, el sol no te maltratará
ni la luna de noche.
Te preserva el Señor de cualquier mal
y protege tu vida;
Él te cuida al salir y al regresar,
ahora y para siempre.
Salmo 121, 5 - 8

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