Mirar el sufrimiento a través de la pantalla del televisor es menos impactante y horrible que contemplarlo en plena calle. Con la distancia que nos ofrece la televisión ante el sufrimiento del hermano hemos encontrado una manera para seguir viviendo bien sin sentir una pizca de remordimiento. Hay quienes tienen tanto y otros, sin embargo, han convertido el basurero en su medio de subsistencia. El sufrimiento que acarrea la pobreza no es causa solamente de la corrupción y de la avaricia de los poderosos, sino también de la indiferencia de los que no tenemos tanto.
Para no mirar de frente la pobreza que hay en la calle simulamos con frecuencia andar apurados. No ayudamos al pobre justificándonos de que el dinero que piden es para comprar alcohol o drogas. Me da vergüenza y hasta me despierta ira cuando escucho hablar así a un cristiano que luego se persigna delante de la cruz de Cristo y suplica por sus necesidades...
Javier Rojas sj

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