María anuda nuestra esperanza
al proyecto del Padre.
Danos firmeza y hasta tozudez
para seguir adelante.
Llena nuestros corazones
de la esperanza que libera
para vivir el amor solidario.
Lo que se espera
se consigue con esfuerzo,
con trabajo y con la vida.
Nos confiamos en tus manos
para que nos hagas
fuertes en la fe,
comprometidos en la solidaridad
y firmes, muy firmes,
en la esperanza del Reino.
Marcelo A. Murúa ( de María de la Esperanza)

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