Vida coherente con el don recibido.

La espiritualidad nos dice que más allá de los cambios puntuales, con lo que cada uno puede tener de esperanza y de temor, la situación del ser humano está marcada por la contingencia. Mientras no asumamos y aprendamos a vivir en esa condición, no podremos evitar la inestabilidad y los vaivenes de la vida… Estamos llamados a vivir en profundidad, a objetivar lo subjetivo de nuestra realidad y a abrirnos a la alteridad… asumiendo la necesidad de tomar decisiones que comporten riesgos, de abrazar un estilo de vida coherente con el don recibido.

X Quinzá Lleó s.j.

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