Padre nuestro que estás en el cielo
 con tu Hijo y con el Espíritu:
 envía tu Espíritu que nos enseñe
  a santificar tu nombre,
 a reconocer tu santidad.
 Haz que actúe la energía de tu Espíritu
 para que vaya llegando tu reinado paternal.
  Danos un espíritu generoso,
 la fuerza del Espíritu que nos capacite
  para cumplir tu voluntad
 en la tierra como en el cielo.
  Danos hoy nuestro pan de cada día
 y del mañana: tu pan consagrado,
 porque es el Espíritu que da vida.
  Envía tu espíritu del perdón
 que perdone nuestras ofensas
 como nosotros, inspirados por El,
 perdonamos a los que nos ofenden.
 En la prueba, en nuestro desierto,
 confórtanos con tu Espíritu
 para que no sucumbamos.
  Que tu Espíritu poderoso
 se enfrente y venza en mí
 al espíritu del mal. Amén.
  Luis Alonso Schöke


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