"¿Cómo puedo sentirme poca cosa cuando me mirás así, cómo puedo pensar que nadie me tiene en cuenta, que nadie valora mis esfuerzos si están allí esos ojos buenos?
Quiero darte gracias Señor mío, por tu mirada, porque nadie sabe mirarme así. Porque ante tu mirada sólo puedo encontrar un estímulo para ser mejor.
Gracias, porque todo lo que se escapa a la mirada del mundo está claro ante tus ojos compasivos, ante esos ojos que pueden descubrir una flor en medio de mi desierto de miserias.
Mírame Señor con esos ojos". Amén.
P. Victor Fernández.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me encanta!!