A algunas personas puedo acercarme ahora mismo y darles un fuerte abrazo. Otras están lejos...pero puedo cerrar mis ojos y sentir de qué manera nuestros cuerpos se funden en un abrazo...
También están aquellos que ya partieron de este mundo, pero a los cuales desearíamos abrazar en este instante. De nuevo podemos cerrar los ojos, imaginar a esa o esas personas y extender los brazos hasta "abrazarlos por completo".
Más difícil, pero no imposible, es intentar dar un abrazo a los que nos dañaron o lastimaron. Si no podemos no nos obliguemos a hacerlo....Todo tiene su tiempo, también el perdón.
Por último, el abrazo a uno mismo. Que por último, no es menos importante. Por el contrario es sustento de todos los demás abrazos. Rodéate con un suave estrujón cariñoso. Abrázate con amor y misericordia...tal como te abraza el mismo Dios.

@Ale Vallina.

Comentarios